"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

sábado, 7 de enero de 2012

poesía de marta córdoba




Indicios


Creo
en vos y en los otros vos que no conozco
que son todos para mí desconocidos;
en la mirada sosegada del anciano,
en la desconsolada caricia de un amigo solitario
y en los sollozos silenciosos y salobres de un niño.


No creo
en la mansa voz del erudito que explica lo impreciso.


Recuerdo
cada día que dejé de vivir por no estar conmigo,
el primer llanto de mis hijos y el último
y todo lo que no hice por pudor.


Olvido
la ficción y los sin sentidos de cada día.



Confesión



Podría haber callado; pero no,
se empeñó en irrumpir del mismo modo que ayer lo hizo estúpidamente
justo en el exiguo momento de silencio que conocía a la perfección
era “su momento”.

No son los hombres quienes más atacan caviló luego,
somos nosotras las bestias que arremeten contra todo y todos.

Bárbaras y geniales aunque débiles a la luz de sus ojos.

¡Sí, vos que pensás que me deshago en mil pedazos cuando en realidad
vos y sólo vos desde siempre sos y parecés un manojo de mendrugo humano!
¡mirame!, ¡mirame por esta vez y decime que me caigo!.

Se sosegó y calló.

¿Estás ahí?, ¡escuchá!, es nuestra naturaleza,
no podemos vegetar en dualidad
hasta convertirnos en un equivalente de vetustos y apestosos cuerpos.

El segundo siguiente el espejo oval le devolvió la cínica sonrisa de su rostro irradiada en un sosiego frugal.




Sólo agua

Así como la roca espera la embestida de la ola
la marejada acecha acometer con su envoltura
que necia conjetura frágil
(ella, la inadvertida),
y vuelven los pensamientos al asedio de mis sueños sin sueños
que necios conjeturan fuertes
(ellos, los rastreadores)

El agua se va, decepcionada. Es sólo agua.
Los pensamientos quedan.




Si me voy

Levanta mi cuerpo
he postrado a tus pies sin reposo
esta figura estéril, intemperante.

Sujeta mi cabeza, abre mis ojos
y déjame vivir entre tus manos.

Seca mis torrentes
y permíteme soñar el sueño de estar viva.

Detenme
si me voy no vuelvo.




Los solos

Hacia dónde transitan los solos,
los deshabitados,
los inermes de la vida y de huellas invisibles
que con pasos agigantados y sin urgencias
deambulan desguarnecidos,
desolados.

Aquí estoy,
transitando con los solos.





Desarraigo

En el aire las raíces en el aire
contrariadas, imperceptibles, espigadas han crecido
en fuga tortuosa, ahogada, marchitada
(y con ella, mi fuga)
por cada espacio descuajado de un espacio
(del mismo modo que viví,
yo, mujer desarraigada)
tanteando tropezar inútilmente
con los frutos de mi infructuosa vendimia.

Colecta condenada
a dedos ensangrentados
despojada de frutos sepultados,
rezumados en la tierra impenetrable.
Merezco el gozo
de una tierra que me hospede.
Busco mi gruta.
Reclamo mi fruto.





de Marta Córdoba, argentina

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